LAS DOCTRINAS DEL ESPIRITISMO
Publicado: 8 mayo, 2012 Archivado en: Espiritismo, Sectas 1 comentarioLAS DOCTRINAS DEL ESPIRITISMO
Por: Pablo Hoff
Hay una variedad de doctrinas entre los espiritistas. El espiritismo se divide en varias formas: el espiritismo común (quiromancia, cartomancia, hidromancia y astrología); el bajo espiritismo (el inculto o paganismo sin disfraz, tales como las índoles africanas practicadas en Brasil y Haití); y el espiritismo científico, que pretende explicar sus fenómenos como algo racional. Nos interesa más esta última forma.
Los espiritistas organizados extraen muchas de sus enseñanzas de los escritos de Emanuel Swedenborg, Francisco Mesmer, Allan Kardec y Andrés Davis. El libro de Davis, Las relaciones divinas de la naturaleza divina, expresa los fundamentos del espiritismo. Se rechazan todas las principales doctrinas ortodoxas, tales como la inspiración y autoridad de la Biblia, la Trinidad y deidad de Jesucristo, su expiación por los pecados, su resurrección corporal y la de los creyentes. Allan Kardec (1804–1869), “el codificador de las creencias espiritistas”, escribió muchos libros, los más famosos son: El evangelio según el espiritismo, El libro de los médiums, El cielo y el infierno y Génesis.
1. La Biblia. Los espiritistas no reconocen la Biblia como autoridad para la fe o doctrina. Basan sus enseñanzas sobre las revelaciones mediúmicas, pero señalan que la Biblia reconoce la realidad del espiritismo en los relatos acerca de Saúl y la pitonisa de Endor, y la transfiguración.
2. Dios. El manual espiritista, 1940, le describe como: “Inteligencia infinita que satura y controla el universo; es sin forma, impersonal, omnipresente y omnipotente.” Recalcan el amor de Dios pero no mencionan su santidad, su justicia y su rol en la salvación del hombre. Para muchos espiritistas, Dios es un ser que sí existe pero “se encuentra demasiado lejos y se pierde en la distancia inconme-surable de un punto espiritual que mal podemos vislumbrar … Sólo se manifiesta por medio de intermediarios.”
3. Jesucristo. Lord Dowding, el cual abogaba por la causa del espiritismo, dijo que los espiritistas creen que Jesucristo era hijo de Dios, en el mismo sentido que nosotros somos hijos de Dios. Según muchos espiritistas, Jesús es un espíritu muy puro y elevado. En la tierra era un gran médium. Los escritos de Kardec sobre la ética, fueron influenciados por las enseñanzas de Jesús.
4. El hombre. Es un ser espiritual que evoluciona desde las bajas formas de vida, por un período de consciencia, hasta tener poderes morales y espirituales, los cuales sobreviven la muerte. Los espiritistas creen en la reencarnación. Clasifican los espíritus en cuatro categorías: imperfectos, buenos, superiores y puros. Según ellos, Jesús se ha desarrollado a la cumbre del progreso espiritual y es puro espíritu.
5. La salvación. El espiritismo nada sabe de la expiación de Cristo por los pecados ni de la gracia divina. Enseña que el hombre se perfecciona por la evolución espiritual, a través del sufrimiento y por la práctica de las buenas obras. No habrá un día de juicio, pero en esta vida o en la venidera, los malhechores tendrán que compensar por su mal comportamiento. La puerta para reforma, sin embargo, siempre queda abierta. No hay infierno, cielo ni diablo. “Dios es amor y amor es Dios.”
6. La posibilidad de tener comunicación con los espíritus de los difuntos. A través de los médiums y otros medios de ponerse en contacto con los muertos, los espiritistas piensan que pueden tener comunión con el mundo de lo invisible.
LAS PRÁCTICAS DEL ESPIRITISMO
El espiritismo moderno toma varias formas. Algunas son las siguientes:
1. La adivinación y la pronosticación. El médium predice sucesos futuros o descubre cosas ocultas, comunicándose directamente con los espíritus o por medio de señales o agüeros. Algunos adivinos miran el hígado del ave sacrificada. Otros métodos son tirar las barajas para ver cómo caen (cartomancia), “leer” las hojas de té en el fondo de la taza, usar la tabla de ouija, o leer la suerte en la palma de la mano del cliente.
2. La necromancia o comunicación con tos muertos. Toma varias formas. Luisa Walker explica:
A veces el médium es el único que ve al espíritu que se presenta, como en el caso de Samuel y Saúl. En este caso es él quien recibe el mensaje y se lo transmite al cliente … En otros casos, el médium hace una materialización, es decir, logra que el espíritu se presente en forma visible para todos los presentes … A veces ni el médium ni el cliente ven al espíritu, pero éste toma posesión del médium y habla a través de él.
Los espíritus a veces se presentan como personajes que han tenido éxito en ciertas materias en otras épocas y se ponen a la disposición del cliente para aconsejarle referente a su necesidad. Por ejemplo, un espíritu puede disfrazarse como un gran médico en su vida anterior y dar recetas, o como un comerciante, para orientar al cliente en cuanto a sus negocios.
Los que acuden a los espíritus para consejos frecuentemente son engañados y sufren grandes desgracias. Hasta Alian Kardec, el gran doctrinario del espiritismo, admite que hay “espíritus malos y burlones”, que procuran engañar a los que tratan de ponerse en comunicación con ellos, incluso los que se complacen en “inducir a los hombres al mal con sus consejos pérfidos” … “Un médium de altas cualidades morales puede transmitir enseñanzas falsas y groseras” (El libro de los médiums, págs. 90, 115, 141–145, 247, 315). También hay casos conocidos en que había un complot entre el médium y el cómplice para estafar a la persona.
3. La ventriloquía. Aunque existen muchos casos en los cuales los médiums han engañado a personas con este conocido arte, el término ventriloquía, cuando es empleado en el espiritismo, se refiere a otra cosa; a la rendición de la lengua y de las cuerdas vocales del médium a un espíritu.
A veces el médium cae en un trance, o estado hipnótico, y está totalmente inconsciente de lo que sucede mientras el espíritu toma control de sus labios, lengua y cuerdas vocales y conversa con los que han pedido la consulta. La voz es idéntica a la del difunto a quien el espíritu representa y afirma ser.
Lo que dice revela un conocimiento íntimo de toda la vida de esta persona, que el médium no puede haber tenido. A veces, las propias facciones del médium parecen irse transformando hasta presentar la misma apariencia y expresión del difunto. Los clientes quedan convencidos de que están conversando con sus seres queridos.
4. La hechicería. Gran parte del público cree que la hechicería se refiere sólo a preparar maleficios contra una persona, pero sabemos que no se limita a esto. Consiste tanto en la magia negra (nigromancia) como la magia blanca, la cual se usa para beneficiar a las personas. En ambos casos, es un trabajo hecho bajo el control de los espíritus. Según algunos espiritistas, se obra por una fuerza latente en el hombre, pero otros la atribuyen, o a los “espíritus de luz” (la obra benéfica) o a los “espíritus oscuros” o malos (los maleficios). Una parte de la magia blanca puede “consistir en combatir a los espíritus malos y despojar a las víctimas de la brujería, o sea, librarlas de los malos efectos producidos por sus encantamientos o hechizos”.
Luisa Walker describe la hechicería.
Hay muchos distintos tipos de hechizos. ¡Cuántas señoritas acuden al hechicero, o a la hechicera, para que sus encantamientos les consigan el amor de determinado joven! ¡Y cuántas mujeres, abandonadas por sus esposos, van en busca de una venganza sobre “la otra mujer”, que les ha quitado el marido!
A veces el brujo trabaja con un muñequito que representa al enemigo del cliente, metiéndole alfileres en las partes del cuerpo que deben ser afectadas por la maldición. Otras veces emplea el retrato de la persona, alguna prenda de ropa o cualquier objeto que tenga que ver con la persona, como recortes de uñas o de pelo. En estos casos hace sus encantamientos sobre estos objetos.
Algunos espiritistas trabajan con crucifijos, imágenes o estampas de santos y vírgenes, junto con toda clase de confecciones heredadas del animismo y vuduísmo.
¿POR QUÉ YO COMO EVANGÉLICO NO RECURRO A ESPIRITISTAS?
1. Porque tengo a un Dios todopoderoso, que es el Padre celestial, a quien puedo acudir en los momentos de necesidad y angustia. No es un Dios alejado del hombre, como enseñan los espiritistas. Dios es “nuestro pronto auxilio en las tribulaciones”.
2. Porque no tengo que consultar a los adivinos que susurran ni a los espíritus, para saber las cosas del futuro y de la vida de ultratumba. “Tenemos la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos, como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones” (2 P. 1:19). “¿No consultará el pueblo a su Dios?” (Is. 8:19)
3. Porque es imposible en este mundo ponerse en contacto con los espíritus desencarnados de nuestros seres queridos que han fallecido. La parábola del rico y Lázaro nos enseña que los muertos no pueden volver a este mundo hasta que llegue el día de la resurrección. Son demonios disfrazados como los muertos, que se manifiestan en las sesiones espiritistas. No acudiré a las fuerzas de las tinieblas y enemigos de Dios.
4. Porque no se puede confiar en las profecías, consejos y palabras de adivinos y agoreros. Cuentan muchas cosas erróneas que no pasan.
5. Porque el practicar la adivinación, necromancia y hechicería está categóricamente condenado y prohibido en la Biblia. (Dt. 18:10–12; Is. 8:19).
Hoff, P. (1993). Otros evangelios. Miami, FL: Editorial Vida.
Excelente, muchas gracias.