¿Bendición o Maldición?
Publicado: 4 marzo, 2013 Archivado en: Salvación y Obras 6 comentarios¿Bendición o Maldición? Galatas 3
O todo o nada. No hay concesiones ni medias tintas. Mucha gente trata de vivir conforme a los Diez Mandamientos o cumpliendo la ley divina o el Sermón del Monte, porque piensan que pueden lograr que Dios les acepte. No se dan cuenta de que las normas de Dios son absolutas.
Quien piensa vivir conforme a cualquier ley, está bajo la obligación de cumplirla en su totalidad. Al faltar en un solo punto, pasa de ser una persona obediente a transgresor. Este es el argumento que Pablo quiere dejar claro en el pensamiento de los legalistas religiosos. Es imposible cumplir cabalmente con todas las normas porque todos fallamos en algún punto. Al hacerlo, pasamos a pertenecer al sindicato de pecadores culpables.
Pablo basa su premisa en el Antiguo Testamento. Los judaizantes afirmaban que esos libros sagrados apoyaban su punto de vista y ponían sus esperanzas en Abraham, llamándose “hijos de Abraham”. Pero el apóstol demuestra que el origen de su punto de vista procede de la misma fuente de autoridad que ellos decían aceptar. Les enseña que aun el patriarca fue justificado por la fe. Conforme a ese principio, les recuerda que el Señor había revelado que los gentiles serían bendecidos en Abraham por la misma fe, no por obediencia a la ley.
¿Cómo recibió Abraham la bendición prometida? Pablo demuestra que fue declarado justo por causa de su fe (v. 6). A continuación explica la relación entre la fe de Abraham y la posición de ellos como gentiles (vv. 7–14). Los verdaderos hijos de Abraham son quienes se identifican con su fe (vv. 7–9). No todos los hijos físicos del patriarca son sus verdaderos hijos, sino los de la fe (v. 7).
Este principio de herencia basada en la fe se extiende a los gentiles también. Aunque la gente los consideraba “paganos”, a ellos también se les ofreció la promesa de bendición a través de Abraham (v. 8) porque el pacto que Dios hizo con él incluía bendición para todas las naciones. Por lo tanto, todos los que creen pueden recibirla, ya sean gentiles o judíos, porque la bendición de Dios se recibe por la fe, no por la ley (v. 9).
Sin importar que fueran judíos o gentiles, aquellos que quisieran identificarse con Abraham, tenían que seguir su camino (v. 7). Parte de la lógica que respalda esta conclusión se encuentra en el sentido que los hebreos daban a la expresión “hijos de”, misma que se utilizaba para señalar la característica distintiva de alguna persona o grupo. Los “hijos de desobediencia” están caracterizados por la rebelión. Los “hijos de ira”, recibirán el enojo de Dios y serán juzgados por él. Así, los hijos de Abraham son quienes se parecen a su padre.
Por lo tanto, los de la fe también son “hijos de Abraham”. Quienes no se parecen a él no pueden ser sus hijos, aunque puedan trazar su descendencia física hasta él. ¿Cuál es la característica distintiva que Pablo señala en cuanto a Abraham (v. 9)? Dice que los que creen, son sus hijos; quienes no creen, no lo son.
PRUEBA DE LA REDENCION GALATAS 3:10–14
El escritor amplía su argumento para mostrar que la bendición no podría haber venido por medio de obedecer la ley porque ésta sólo produce maldición. Tanto la justificación como la bendición se reciben por fe.
La ley sólo sirve para condenar 3:10
La clave para comprender el legalismo y que muchos no habían entendido, es que los que dependen de la ley no pueden recibir la bendición de Dios, sino la maldición. Parte de esta confusión se deriva de que no hemos asimilado la gravedad que el pecado tiene desde la perspectiva de Dios. ¿Por qué? La clave se expresa en Deuteronomio 27:26, citado por Pablo aquí: “Maldito todo aquel que no permanece en todas las cosas escritas…”
Santiago 2:10 repite la misma idea, señalando que quien cumple todas, excepto un solo punto de las reglas, es tan culpable como aquel que ofende en todo. En Romanos 3 Pablo repite que “no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno”. Así que, desde la perspectiva divina, no hay pecadores grandes o pequeños, sólo los hay condenados y justificados.
Por eso Cristo luchaba tanto con los fariseos, porque nunca entendieron la gravedad de su problema. Podían asegurar que no habían cometido adulterio, pero, ¿qué de sus malos deseos? La maldición de la ley se aplicaba a todos, por el simple hecho de que nadie podría cumplir con todas sus exigencias (3:10).
La fe da vida 3:11
Se puede observar entonces, que la ley declara a todos condenados y malditos, porque nadie puede cumplir todo lo que ella exige. Además de ese aspecto negativo, la ley incluía una forma positiva, diciendo que nadie se puede justificar por ella, porque el justo por la fe vivirá (Habacuc 2:4). Así que, aun el Antiguo Testamento dice que el que es declarado justo, no es el que vive por la ley, sino el que vive por la fe.
La ley y la fe se contradicen 3:12
El principio fundamental de la fe contradice al que apoya a las obras. La fe no depende de las obras y la ley no se basa en la fe. La ley exige obediencia completa, nada más, pero nada menos tampoco. La fe no tiene nada que ver con las obras.
Cristo tomó nuestra maldición sobre sí mismo 3:13–14
Nosotros no podemos resolver el problema de la maldición. Sólo Cristo puede hacerlo, y ya lo hizo. La muerte de Cristo nos libró de la maldición de la ley.
Al aceptar esa maldición, Cristo compró nuestra libertad, y quedamos fuera del alcance de la maldición de la ley (3:13). A través de nuestro Salvador, podemos recibir las bendiciones que Dios prometió a Abraham por causa de su fe (3:14). Una de ellas es la recepción del Espíritu Santo (Lucas 24:49; Hechos 1:4; 2:17–18, 33, 38; Joel 2:28). Nosotros recibimos esa divina persona al confiar en Cristo, tal como fue prometido (3:2, 10).
Los judaizantes decían que para recibir la bendición de Dios, tenían que convertirse en hijos de Abraham primero, pero Pablo dice que los que han confiado en Cristo ya poseen los privilegios de los herederos. La presencia del Espíritu Santo lo demuestra.
Según Efesios 1:3, Dios “nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo”. Por eso, no hay nada más que esperar. El Espíritu Santo en nuestra vida produce lo que Dios quiere para que gocemos de sus bendiciones.
En este pasaje, Pablo ha presentado el argumento de que la bendición de Dios, que fue prometida a Abraham, sólo podría recibirse por medio de la fe. La ley es incapaz de proporcionarla porque sólo produce maldición. Cristo nos libró de la maldición de la ley y nos capacitó para recibir la bendición por la fe. La experiencia de los gálatas confirmaba esta verdad, porque habían recibido esta bendición en el momento en que fueron salvos por la fe.
Regresar a la ley sólo sirve para recibir condenación. Así que, ¿por qué queremos regresar a ella? Mejor, gocemos la bendición que tenemos y no malgastemos tiempo y esfuerzo tratando de ganar puntos ante Dios para recibir sus promesas. Vivamos por el Espíritu, no por la carne. Vivamos por fe, no por ley. Alabémosle a él por todo lo que hemos recibido al confiar en Cristo.
EL PACTO FUE RATIFICADO POR DIOS 3:15–16
La primera razón que esgrime es que un pacto ya ratificado no puede ser anulado ni enmendado, ni se le pueden añadir condiciones. Esto es cierto aun en los acuerdos humanos. La promesa que Dios le dio a Abraham constituye un pacto ratificado por el Señor mismo. Si la honradez humana obliga a los contratantes a no cambiar su acuerdo, ¿cuánto más se debe confiar en que Dios no cambiará?
El convenio que Dios hizo con Abraham fue para él y su descendencia. Pablo aclara que el pasaje no se refiere a todos los descendientes de Abraham. El uso del nombre singular “simiente” se aplica para demostrar que el beneficio del pacto es para el verdadero descendiente de Abraham, Cristo, la simiente verdadera y para aquellos que están en él.
La segunda razón que Pablo menciona para demostrar que la bendición no viene por cumplir la ley, es que ésta llegó más tarde y no anula el pacto. A veces, al hacer un acuerdo, nos dan treinta días para pensarlo. Si no nos echamos para atrás durante esos días, se considera confirmado.
Pablo quiere dejar bien establecido que los judaizantes estaban equivocados al decir que era necesario cumplir la ley para recibir las misericordias divinas en vez de vivir de acuerdo al pacto abrahámico ratificado por Dios y cumplido en Cristo. La ley había side el medio para dirigir al pueblo judío hasta la venida de Jesucristo y una vez venido Cristo, el creyente ya no está bajo la ley.
Pablo insiste en que quien hizo el convenio no fue un hombre común, sino que Dios mismo hizo la promesa y no la había olvidado. El es justo, y no hay ningún engaño en él. Así que, nuestro Padre no cambiaría las condiciones del pacto original después de 400 años, porque el pacto había sido ratificado por él mismo.
LA ENMIENDA ES CONTRADICTORIA 3:18
La tercera razón que el apóstol da para definir que no era necesario enmendar el pacto abrahámico viviendo conforme a la ley, es que la modificación a éste sugerida por los judaizantes es una contradicción a la promesa original. La ley y la promesa se contradicen. Si la bendición de Dios es por obras, o si es por ley, entonces ya no es un regalo de gracia (Romanos 4:4–5, 16). La herencia fue dada por gracia, como resultado de la promesa unilateral de parte de Dios.
Consideremos una vez más la ilustración dada arriba respecto a mi regalo de cinco manzanas de tierra y que a los veinte años digo a los hijos que no fue un regalo, sino que me deben $10,000 porque me arrepentí de mi obsequio. Esto equivale a una contradicción de todo lo que había dicho. Esto no puede ser, especialmente cuando se trata de Dios que es quien hizo la promesa y la dio gratuitamente.
Esta promesa estaba diseñada para los herederos de Abraham. ¿Quiénes son? Pablo indica que en realidad sólo existe un verdadero heredero, nuestro Señor Jesucristo. No obstante, todos los que están en él son coherederos juntamente con él. Tales personas recibimos la herencia por fe, no por obras ni leyes.
Así que, al estar en Cristo, la bendición de Dios está garantizada. No depende de las obras, sino de la promesa de Dios, dada a todos los que están en Cristo. Es el convenio más seguro del mundo porque está garantizado por Dios mismo.
En fin, la bendición que Dios prometió a Abraham no le llegó por medio de la ley sino por el pacto unilateral ratificado por el Señor. Aun en los tratos humanos, cuando se firma un contrato, nadie puede cambiar las condiciones posteriormente. Si este principio es cierto en el nivel humano, ¿cuánto más cierto será cuando Dios lo hace?
Aunque pasen los años, el pacto no cambia. Un sistema de leyes, dado más de cuatrocientos años después no podría invalidar un pacto hecho y ratificado con anterioridad. Por eso, para que la enseñanza de los judaizantes se aceptara, la promesa anterior tendría que ser anulada, Si la herencia de la bendición se basara en el cumplimiento de la ley, entonces ya no estaría basada en la promesa de Dios como el pacto indica.
DOS OPINIONES CONTRARIAS
La lógica de los judaizantes: • La promesa de bendición fue dada a Abraham. • Se basa en el Antiguo Testamento. • El Antiguo Testameno enseña a obedecer la ley a fin de obtener la bendición. • Por eso, la bendición de Dios es condicional y es necesario obedecer la ley. La lógica de Pablo: • La promesa de bendición vino antes de la ley. • La ley fue dada 400 años después de la promesa y no puede modificarla. • No hay contradicción entre las dos. • La ley es buena, pero hay que entender su Propósito. |
Dios los bendiga.
Porter, R. (1992). Estudios Bı́blicos ELA: ¡Verdaderamente libre! (Gálatas). Puebla, Pue., México: Ediciones Las Américas, A. C.
segun lo indica este estudio, es que ya podemos robar, matar, que al cabo ya no hay ley que obedecer, porque si tratas de obedecer la ley eres maldito.
Vom:
Dios te bendiga, te doy las gracias por tus comentarios y visita a este blog.
Es algo curioso, o el articulo no es claro o hay problemas con la lectura comprensiva de tu parte.
Tu dices:
segun lo indica este estudio, es que ya podemos robar, matar, que al cabo ya no hay ley que obedecer, porque si tratas de obedecer la ley eres maldito
Respuesta:
¿Me podrías citar donde dice esto??
Mas bien, el Post enseña que es imposible ser salvo o agradar a Dios mediante el cumplimiento de las obras de la ley. ¿Por que? la ley requiere de mi parte, obediencia absoluta!!! en caso contrario soy maldito!!. (“Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos.”) (Santiago 2.10, RVR60) La gracia requiere de mi parte FE absoluta para ser justificado.
Por eso, es que tu y yo requerimos a Cristo y por gracia recibir la salvación y las bendiciones, no por nuestras obras.
¿Esto nos habilita para robar, matar o pecar al gusto? NO!!! “Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne… (Gálatas 5.13, RVR60)
El que piensa que podemos pecar libremente, no tiene ni siquiera una pequeña idea de como es un Cristiano genuino que ha sido regenerado por la fe y la gracia. “Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.” (1 Juan 3.9, RVR60)
Las buenas obras son consecuencia de una conversión genuina, entendiendo que aún regenerado y convertidos, es imposible cumplir la ley de Dios al cien porciento, siempre vendrán tropiezos. O usted conoce después de Cristo a un cristiano que camine en la ley de la” a a la z” estoy seguro que no.
Así que ¡Cuidado con las actitudes legalistas que dicen: “Soy mejor que tu porque no hago tal cosa! o por que yo cumplo tal cosa” La bendición de Dios en la vida no proviene de obedecer un sistema de leyes, sino de la obra de Cristo, de la presencia del Espíritu Santo, y del andar por fe. Como resultado de esta obra divina, podemos acercarnos a Dios porque es nuestro Padre amado.
Puedes tener mucha fe, eso está muy bien y también es verdad que Dios nos redimió e la cruz, pero, si no cumplimos los diez mandamientos, no nos salvaremos.
Esto dice la doctrina católica.
Son los protestantes los que creen que no necesitas obras para salvarte.
Roberto no tienes por que usar dos nombres tanto tu correo de yahoo como el de g mail dejan el mismo rastro, esto habla de tu calidad moral.
Tu dices:
si no cumplimos los diez mandamientos, no nos salvaremos.
Respuesta:
Si esto es así usted esta condenado al infierno, o me va a decir que jamas a faltado a los diez mandamientos ?
Los evangélicos creemos que las obras son resultado de una fe genuina, no que podemos añadir a la obra de Cristo o que si mamá nos abre la ventana cuando Pedro cierra la ventana.
Solo Dios padre puede llevarnos a Jesus y solo Jesus nos puede llevar al Padre.
saludos Angel digo Roberto
Pablo esta diciendo que las obras de la ley mosaica no salvan.
el confrota la ley de los judios con el sacrificio de jesus al que el considera mejor para salvar
pero no dice que te puedes quedar sentado sin hacer nada y de todas formas eres salvo .
existen otras obras que la persona salva debe hacer para demostrar que es un salvo.
tener fe en dios no significa que ya el te va a salvar
como dijo santiago,
“Hermanos míos, ¿de que aprovechará si alguno dice que tiene fe y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle ?”
(Santiago 2:14)
la fe sin obras es una forma simple de decir que tenemos fe
(Santiago 2:14)
Es fácil hablar acerca de la fe, sin embargo esto no es suficiente. Debemos
demostrar nuestra fe por nuestras obras. Jesús dijo, “¿Por qué me llamáis Señor, Señor y
no hacéis lo que yo digo (Lucas 6:46)
e la fe sola no salva (Santiago 2:14) Su pregunta,
“¿Podrá la fe salvarle?” Afirma que la fe sola no puede salvarnos. La fe no seguida por
las obras que Dios ha mandado, es ineficaz para salvar.
la fe sin obras es una fe muerta. Santiago dijo, “Así también la fe, si no
tiene obras, es muerta en sí misma (Santiago 2:17)”
la parabola de lucas 19 nos recuerda eso.
20 Vino otro, diciendo: Señor, aquí está tu mina, la cual he tenido guardada en un pañuelo;
21 porque tuve miedo de ti, por cuanto eres hombre severo, que tomas lo que no pusiste, y siegas lo que no sembraste.
22 Entonces él le dijo: Mal siervo, por tu propia boca te juzgo. Sabías que yo era hombre severo, que -tomo lo que no puse-, y que -siego lo que no sembré;-
23 ¿por qué, pues, no pusiste mi dinero en el banco, para que al volver yo, lo hubiera recibido con los intereses?
asi que todos sabemos que Dios espera obras buenas de todos y si te crees salvo no tienes mas remedio que obrar de acuerdo a tu salvacion
si no lo haces entonces esa gracia que recibiste gratis tambien puede ser quitada y dado a otros
Amigo anónimo:
Antes que nada le quiero dar las gracias por visitar este blog y dejar sus amables comentarios.
Tu dices:
Pablo esta diciendo que las obras de la ley mosaica no salvan.
Respuesta:
Así es y no solo eso, sino que ninguna obra salva. Ablando sustancial mente Por ejemplo: No hay obra que salve a un in converso y tampoco hay obra que salve a un converso pues este ya es salvo.
Tu dices:
pero no dice que te puedes quedar sentado sin hacer nada y de todas formas eres salvo .
Respuesta:
Amigo, estamos analizando lo que dice, no lo que no dice. Por otro lado no hay cristiano genuino que no tenga obras, estas no son para demostrar nada a nadie, estas son frutos espontáneos, comenzamos andar en las obras que Dios preparo de antemano, esto no para ser salvo mas bien por que ya eres salvo.
Tu dices:
existen otras obras que la persona salva debe hacer para demostrar que es un salvo. tener fe en dios no significa que ya el te va a salvar
Respuesta:
Un in converso no puede tener fe en Dios, si puede decir que la tiene, pero no la tiene. Por otro lado el cristiano genuino no tiene que demostrar nada a nadie pues Dios sabe si es o no es salvo, repito, las obras de un salvo son solo el reflejo espontáneo de su salvación. Pero si pretendes pensar que si por hacer una obra en especial eso demuestra que eres salvo estás muy equivocado. Podrás guardar el sábado pero adulterar una sola vez con la mirada o decir una mínima mentira y ya eres transgresor total de la ley. Por eso requerimos a Cristo y nos esforzamos en la gracia como dice Pablo.
Tu dices: como dijo santiago, “Hermanos míos, ¿de que aprovechará si alguno dice que tiene fe y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle ?” (Santiago 2:14) la fe sin obras es una forma simple de decir que tenemos fe
Respuesta:
El verso dice, ¿de que aprovechará si alguno dice que tiene fe y no tiene obras?
Analicemos:
si alguno dice. Esta frase importante gobierna la interpretación de todo el pasaje. Santiago no dice que esta persona tenga fe en realidad, sino que afirma tenerla.1
¿Podrá la fe salvarle? Se traduce mejor “¿acaso puede salvar esa clase de fe?” Santiago 2.14 (LBLA) Santiago no discute aquí la importancia de la fe. Más bien se opone a la noción de que la fe salvadora puede ser un simple ejercicio intelectual carente de frutos…
Sin duda, la Fe si obras no existe… Es como querer que nazca un manzano y de manzanas sin sembrar nada.
Tu dices:
la fe sola no salva
Respuesta:
No existe una fe genuina sin frutos… Pero vasta con tener fe para ser salvo y que los frutos de Cristo se manifiesten en el creyente.
Tu dices:
asi que todos sabemos que Dios espera obras buenas de todos y si te crees salvo no tienes mas remedio que obrar de acuerdo a tu salvacion
Respuesta:
Dios no espera obras buenas, Dios espera frutos!! como la parábola de la higuera, esto es siempre consecuencia seguida de ser salvo….
Tu dices:
si no lo haces entonces esa gracia que recibiste gratis tambien puede ser quitada y dado a otros
Respuesta:
La salvación no se pierde amigo, así como no se gana por obras tampoco se pierde por obras. Hay que entender que un nacido de nuevo siempre tendrá buenas obras (frutos)
Recomiendo ver: http://activistasdecristo.com/2010/12/31/¿puede-un-cristiano-perder-la-salvacion/