¡Torciendo el Evangelio de Cristo!
Publicado: 28 noviembre, 2011 Archivado en: Apologética, Catolicismo, Herejías, Religión Deja un comentario¡Torciendo el Evangelio de Cristo!
“Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir. Amén.” (Juan 21.25, RVR60)
Fueron los versos que me recitó una persona para respaldar sus prácticas no Bíblicas y anti-bíblicas. Me quedé sorprendido de la habilidad del hombre cuando quiere torcer la Palabra y su verdadero significado.
Después de un tiempo entré al blog de un conocido Católico con quien he tenido largos debates sobre temas importantes de la Palabra y pude ver un artículo que usaba este mismo verso (Juan 21.25, RVR60) para fundamentar las mil y una tradiciones que ellos tienen que por supuesto no están registradas en la Palabra. Otra vez quede atónito.
¡Qué fácil! si se trata de añadirle a la Palabra sólo, hay que buscar un lugar donde la misma calla para aportarle.
Dos corrientes con el mismo propósito, Torcer la Palabra, para encajarla en doctrinas y tradiciones anti-bíblicas.
No hay duda que el hombre es torcedor de la verdad por naturaleza. Se imaginan si el Señor no nos hubiera dejado su Palabra, si dejando su Escritura y su Espíritu los hombres la tuercen, se imaginan si no nos deja nada. No hay duda que es grande en misericordia.
Muchos podrán decir ¿Qué quiso decir el Espíritu Santo, en, Hizo además Jesús muchas otras señales, o Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús?
Comencemos con muchas otras señales (Juan 20.30, RVR60)
Lo que nosotros llamamos “milagros de Jesús”, él los llamaba señales. Este término es utilizado respecto de las cosas indicativas de algo más allá del mero hecho de que sucedieron (por más milagroso que haya sido ese hecho).
“Muchas otras” se refiere no sólo a las mencionadas en los evangelios sinópticos sino a las que Juan ya había mencionado en Juan 2:23; Juan 2:11 y Juan 12:37.
Los milagros no fueron hechos simplemente para agradar al oído o impresionar a los demás; ni siquiera los hizo sólo para que creyeran en él. Jesucristo hizo estos milagros como una señal de que era Dios encarnado, de que era el Mesías, como señal de su poder y autoridad.
Jesucristo hizo muchas señales, y no todas están escritas en este libro. Juan hizo una selección de acuerdo al propósito que tenía en mente. Mucho de lo que sucedió fue omitido. Dios escogió incluir aquí aquellas señales que creyó convenientes, de entre las centenares y quizás millares que el Señor Jesús llevó a cabo en su vida terrenal.
Jesucristo realizó dichas señales en presencia de sus discípulos, a quienes escogió como testigos. Después de resucitado el Señor les dio una serie de pruebas indubitables (Hch. 1:2–9), y se presentó a los testigos escogidos por él, a sus verdaderos y sinceros discípulos.[1]
En cuanto a:
otras muchas cosas que hizo Jesús, (Juan 21.25, RVR60)
Este versículo es paralelo a (Juan 20.30, RVR60)
Al escribir su evangelio Juan no tenía intención de ser completo sino de hacer una selección cuidadosa—y lo hizo guiado por el Espíritu Santo. Sobre Jesús hay mucho más que aquello que conocemos. Es obvia la exageración en cuanto a que el material sobre la vida de Jesucristo no cabría en todos los libros del mundo. Sin embargo, tanto el lector como el escritor entienden que no se trata de una exageración mentirosa, sino que habla de la infinita riqueza de las obras de amor y poder del Señor Jesús. Un relato completo de la vida de Jesucristo sería prácticamente infinito.[1]
¿A qué se refiere el Espíritu Santo con: Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús?
Se refiere también a los milagros, por ejemplo: Juan 4:45 Es lógico que es imposible registrar todas las cosas que Jesús realizo.
Con este verso les daré otro ejemplo:
“Cuando llegó la noche, luego que el sol se puso, le trajeron todos los que tenían enfermedades, y a los endemoniados; y toda la ciudad se agolpó a la puerta. Y sanó a muchos que estaban enfermos de diversas enfermedades, y echó fuera muchos demonios; y no dejaba hablar a los demonios, porque le conocían.” (Marcos 1.32–34, RVR60)
Se imaginan si Juan se pusiera a escribir cada una de las escenas de este verso. El relatar todas las cosas que hizo Jesús en esa noche sería titánico. Pueden ver, le trajeron todos los enfermos y endemoniados y sanó a muchos que estaban enfermos de diversas enfermedades, y echó fuera muchos demonios… Al decir otras muchas cosas que hizo Jesús. Se refiere a todo lo que fue imposible registrar en papel y tinta por la cantidad de cosas que el Señor realizo en su vida.
En la Palabra quedó registrado sólo lo que el Señor quiso, nos dio el resumen perfecto de la vida y obra de Cristo, nada se le pasó de lo que él quiso enseñarnos.
Todo lo de más son cuestiones de hombres, la carne trabajando con el diablo para manchar lo que es puro y perfecto.
Hermanos, conformémonos con la hermosa Palabra de Dios y su Sana Doctrina.
Dios los bendiga.
1 Palau, L. (1991). Comentario bı́blico del continente nuevo: San Juan II (214). Miami, FL: Editorial Unilit.
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