¿Cuál es el punto de vista cristiano sobre los psiquícos?
Publicado: 5 enero, 2011 Archivado en: psiquícos 4 comentarios¿Cuál es el punto de vista cristiano sobre los psiquícos?
La Biblia condena fuertemente la práctica del espiritismo, los mediums, el ocultismo, los psíquicos, etc. (Levítico 20:27; Deuteronomio 18:10-13). Los horóscopos, las cartas tarot, la astrología, la adivinación, la quiromancia (lectura de la mano), el espiritismo, etc. entran también dentro de esta categoría. Estas prácticas están basadas en el concepto de que hay dioses, espíritus o seres amados difuntos que pueden brindarte guía y consejo. Estos “dioses” o “espíritus” son demonios (2 Corintios 11:14-15). La Biblia no nos da razón para creer que los seres amados difuntos puedan, o aún quieran comunicarse con nosotros. Si ellos fueron creyentes, están en el cielo, gozando del lugar más imaginablemente maravilloso – en compañía de un Dios amoroso. Si no fueron creyentes, están en el infierno, sufriendo el eterno tormento por haber rechazado el amor de Dios y haberse rebelado contra Él.
Así que, si nuestros seres amados no pueden contactarnos, ¿cómo es que los mediums, espiritistas, psíquicos, etc., obtienen tan acertada información? Se ha “desenmascarado” a muchos psíquicos. Se ha expuesto cómo un psíquico puede obtener gran cantidad de información de una persona a través de métodos ordinarios. Algunas veces solo con utilizar un número telefónico a través de la identificación de la llamada y luego investigando en el internet, un psíquico puede obtener nombres, domicilios, fechas de nacimiento, fechas de matrimonio, miembros de la familia, etc. Sin embargo, es innegable que algunas veces los psíquicos conocen cosas que les sería imposible saber. ¿Dónde consiguen esta información? La respuesta es – Satanás y sus demonios. 2 Corintios 11:14-15 nos dice, “Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus miembros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.”
Satanás pretende ser amable y servicial. Él trata de aparecer como algo bueno. Satanás y sus demonios le darán a un psíquico información sobre una persona, a fin de lograr engancharla en el espiritismo; algo que Dios prohíbe. Al principio parece algo inocente, pero pronto las personas se vuelven adictas a lo psíquico, permitiendo que Satanás controle y destruya sus vidas. 1 Pedro 5:8 advierte, “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar.” En la mayoría de los casos, parece que los mismos psíquicos son engañados, al desconocer la verdadera fuente de la información que reciben. Cualquiera que sea el caso, y cualquiera que sea la fuente de la información – la voluntad de Dios es que nada que esté conectado con el espiritismo, la brujería, la astrología, etc. sea utilizado por nosotros como medios para descubrir información. ¿Cómo quiere Dios que discernamos Su voluntad para nuestra vida? (1) Estudiando la Biblia (Timoteo 3:16-17) y (2) Orando por sabiduría (Santiago 1:5)
¿Cómo está tu vida espiritual en esta área? ¿Estás confiando solamente en Dios o estás poniendo tu fe en psíquicos, mediums, espiritistas? Para compartir con nosotros su respuesta favor de dejar sus comentarios.
Publicado por Pastor Damián Ayala.
Un cristiano verdadero jamás consultará a los psiquicos
porque cree fielmente lo que Dios dice en su Palabra y eso lo
satisface.
SOLO DIOS! SOLO DIOS! SOLO DIOS! JAJAJA
solo ay una verdad y es jesus ,y toda tu vida depende solo y absolutamente de la voluntad del creador de la vida jehova Dios amen
El propósito de Satanás es corromper la creación de Dios, hacer del hombre una bestia degenerada al romper su relación con Dios. Ya lo hizo en el Edén y ahora lo está haciendo en el presente. Al corromper el conocimiento del hombre del plan de salvación de Dios, al crear otros sistemas de creencias, al promover el ocultismo, al envilecer al hombre, Satanás destruye nuestra relación con Dios.
Jesús mismo nos advierte en el evangelio de Mateo que en los postreros días “surgirán falsos Cristos y falsos profetas que harán grandes señales y milagros para engañar, de ser posible, aun a los elegidos. Fíjense que se los he dicho a ustedes de antemano” (Mt. 24:24-25).
¿Cómo sabremos si estamos adorando a un Cristo falso o escuchando a un profeta falso?
Reconozca a los Falsos Profetas por sus “frutos”(Mateo 7:16: “Por sus frutos los conocerán”). Los falsos profetas normalmente tienen serios problemas de carácter. Pueden estar hablando todo el día sobre el amor, pero pierden fácilmente el temperamento o actúan de manera egoísta. Dejarán que sus discípulos pasen hambre mientras ellos tienen una flotilla de vehículos lujosos. Pueden estar hablando de lo que “es correcto” pero no están caminando en el camino correcto. Pueden saquear los fondos de sus ministerios para vivir en casas palaciegas, o pueden vivir vidas inmorales mientras se presentan ellos mismos como puros y consagrados.
Las falsas religiones y los cultos caen bajo la misma categoría. Usted puede observar las elevadas afirmaciones y las metas que su grupo puede hacer y la manera en que son trasladadas a la vida de esas personas.
Pruebe a los espíritus. “En esto pueden discernir quién tiene el Espíritu de Dios: todo profeta que reconoce que Jesucristo ha venido en cuerpo humano, es de Dios; todo profeta que no reconoce a Jesús, no es de Dios sino del anticristo. Ustedes han oído que éste viene; en efecto, ya está en el mundo”(1 Juan 4:2-3). Si usted está consultando a un espíritu “guía” a través de la canalización o a través de espíritus “amigables” por vía de la visualización, pregúnteles si Jesucristo en Su Señor y Maestro. Pregúnteles con la autoridad en el nombre de Jesucristo a quién sirven. Considere que en la iglesia misma hay individuos que a sabiendas o sin quererlo, están consultando a ángeles caídos y presentarán sus profecías y recomendaciones bajo una cubierta cristiana. Hay solo un Espíritu que confiesa a Jesucristo y ese es el Espíritu Santo. Todos los espíritus deben ser probados ya sean que hablen a través de un profeta, un gurú, un político, o a uno que clame ser Cristo mismo.