Hola Damián!! Saludos desde Buenos Aires, Argentina, me llamo Juan Carlos. Primero quiero felicitarte por tu blog Activistas de Cristo. Me encantan los temas que tratas y lo bien que los explicas. Como ves en asuntos, quería hacerte una pregunta sobre ateísmo.
Bien, en este último año estuve bastante influenciado por todo el movimiento ateísta que se puede ver en toda la sociedad.
Desde escuelas, televisión hasta en colectivos como se ve en España. Bueno, frente a esto mi fe en Dios se tambaleó bastante, así que quería saber cuáles son sus argumentos para creer en Dios, es decir, por qué usted cree en Dios y rechaza el ateísmo.
Otra cosa quería aclararle. En este último tiempo en el cual me alejaba de la fe en Dios, me sentía bien porque me sentía de algún modo «librado» de lo que me imponían, pero estoy tratando de volver por una especie de «miedo» a equivocarme. Es decir, no quiero alejarme de Dios porque surge en mí el miedo a que, si existe Dios, me castigue como a todos los que no creen. En otras palabras, le quiero remarcar que me desconcierta que mi vuelta a la fe sea estimulada por ese «miedo» y no por el amor hacia Dios.
Saludos, espero su respuesta
Respuesta
Mi estimado Juan Carlos, primero que nada te mando una disculpa por la tardanza a mi respuesta, en estos días he estado con mucho trabajo y he terminado muy tarde.
Te agradezco tu confianza para escribirme, es un gozo el poder comentarte el punto de vista Bíblico.
Mi estimado, lo que te está pasando no es algo raro en el círculo evangélico, esto pasa mucho con las personas que nacen en familias cristianas o desde muy jóvenes sus padres se acercaron al Señor, ¿no sé si este es tu caso?
Todo lo que te está pasando tiene una explicación bíblica y si me permites te lo puedo platicar.
La Palabra de Dios nos enseña que hay 4 tipos de personas que se encuentran en las iglesias y fuera de ella.
Mira lo que la Palabra nos enseña en esta parábola (si puedes leerla desde Mateo 13.1).
Mateo 13.18-23
A) 18 Oíd, pues, vosotros la parábola del sembrador: 19 Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino.
B) 20 Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; 21 pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza.
C)22 El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa.
D)23 Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.
Por lo que veo, tú estás en la opción C) pues toda la palabra que has recibido ha caído entre espinos. La influencia de los afanes de tu entorno la han ahogado al punto de considerar el ateísmo. Te voy a explicar por qué te paso esto, espero poder explicarlo bien.
Las 3 primeras personas de la parábola no son salvas pues han rechazado la palabra de Dios y por consecuencia a Jesús mismo que es el verbo encarnado. Sólo los ubicados en la opción D) han alcanzado la salvación y la transformación renovadora y sobrenatural que El Espíritu Santo hace. Lo bueno es que esto tiene solución.
Mira, te explico, tú comentas que cuando te alejaste de la Fe de Dios te sentiste liberado… eso es por que tú amas el pecado, te deleitas en él y aunque suene algo duro odias la Santidad de Dios, odias lo que Dios ama (la Santidad) y amas lo que Dios odia (el pecado). Tu problema no es intelectual Juan Carlos, tu problema es espiritual, ¡aún eres inconverso!
Mi amigo, espero que esto no te ofenda pues no es mi intención, esto te lo digo con todo el respeto que tú te mereces y con el que te has conducido al escribirme, pero considero que me escribiste para escuchar la verdad.
Dios nos dice en su palabra que cuando una persona se arrepiente sinceramente de amar el pecado, de vivir haciendo nuestra voluntad en contra de Dios, y clamamos a Dios para que nos salve, el Padre nos lleva al Hijo, a creer verdaderamente que Él murió y resucitó para darnos vida eterna, entonces el Espíritu Santo hace su obra regeneradora, (Ezequiel 37.9 Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán.).
Esta es una obra sobrenatural que hace Dios y es donde uno nace de nuevo en Cristo.
Entonces Dios nos da:
Ezequiel 36.25-27
A) Esparciré sobre vosotros agua limpia, y
B) seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré.
C) 26 Os daré corazón nuevo,
D) y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros;
E) y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.
F) 27 Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y
G) haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.
La palabra dice que Dios es el que nos dará estas bendiciones. En este punto el converso tiene una nueva relación con Dios y con el pecado, ahora el converso odia el pecado y ama la Santidad. Una vez nacido de nuevo ya no existirá nada que te pueda arrancar de las manos de Cristo y sabrás con una seguridad absoluta, que Dios es más real que tú mismo.
Mi buen Juan Carlos, es eso lo que te pasa. Así que clama al Dios de la misericordia que te salve y que realice en ti este acto sobrenatural para que seas salvo a través de la obra de Jesucristo.
Es por esta razón que creo en Dios, porque comprendí el gran amor que nos tiene al haber enviado a su Hijo, el único ser humano que venció al pecado y fue sustituto de la paga que toda la humanidad merecemos: recibir la ira de Dios. Solamente Dios podía soportar tal cosa. Creo porque Él me hizo ver la magnitud del pecado en mi vida y la necesidad de creer en su salvación. Creo porque veo la gloria de Dios en todas las cosas, en el cielo, las montañas, la vida, en mi hijo, en mi esposa; nadie podrá crear y hacer las cosas que Dios hizo, simplemente es majestuoso.
Acerca de tener miedo al castigo y por eso creer en Él, la Biblia nos enseña a tener temor a Dios, pero un temor reverente, sabiendo la grandeza de su poder y su potestad (los cuales incluyen el castigo eterno). Lucas 12.5 dice: Pero os enseñaré a quién debéis temer: Temed a aquel que después de haber quitado la vida, tiene poder de echar en el infierno; sí, os digo, a éste temed. En la relación Padre-Hijo, los verdaderos Cristianos tenemos temor de Dios, un temor reverente porque conocemos acerca de su Santidad, sabemos que en su mano está el verdadero poder para la eternidad de todo el mundo. Además, tememos de no velar adecuadamente y por ahí cometer alguna barbaridad y caer en pecado. Dios como el mejor de los Padres, disciplina a los hijos por medio de pruebas para perfeccionar nuestra fe y moldearnos conforme a la imagen de Jesús.
Mi buen Juan Carlos, como si Dios rogase por medio de mí, te ruego en nombre de Cristo: Reconcíliate con Dios y goza de la verdadera libertad…
Eso es lo se debe de hacer…
bendiciones para su ministerio
Arrivederci
Muchas gracias por tu comentario.
Bendiciones en Cristo.